El Champagne o vino espumoso.
El vino espumoso (el que contiene dióxido de carbono
disuelto, que se libera en forma de burbujas cuando se abre la botella) se
elabora siguiendo una serie de métodos diferentes. El más barato y simple es la
carbonatación, una técnica muy utilizada en la fabricación de bebidas
refrescantes: se bombea dióxido de carbono en el vino, que se embotella a
presión. El más primitivo es el embotellado del vino antes de finalizar la
fermentación(se practica en algunas partes de Francia, donde es conocido como
el "méthode ancestrale o rurale), y produce un vino ligeramente espumoso,
a veces ligeramente dulce, con sedimento.
Todos los demás métodos empleados para producir vino
espumoso implican una fermentación secundaria. Se añaden azúcar y levadura
(llamado licor de expedición) a un vino base para producir una nueva
fermentación en algún tipo de recipiente hermético. Esto puede hacerse en un
tanque (método Charmat), y posteriormente el vino se embotella a presión; ó ,
en una serie de tanques (método continuo). También puede hacerse en botella,
cuyo contenido es transferido a un tanque y filtrado antes de proceder a su
embotellado definitivo (método de transferencia). El método más caro y
laborioso es el método "Champañés" )conocido también como método
tradicional o clásico), en el cual la segunda fermentación tiene lugar en una
botella, normalmente en un entorno fresco y con un período de almacenamiento
posterior a la fermentación.